domingo, 26 de octubre de 2008

Tiempos modernos

Estoy sentado en el área de comida rápida de un centro comercial, mordisqueando con desgana una orden de papas fritas. No espero por nadie y nadie espera por mí, en realidad, no espero por nada.
Llevo varios días pensando en el mundo que me tocó vivir. Mentiría si dijera que es idílico, pero por lo menos puedo taponear de grasa mis arterias sin necesidad de cazar un bisonte. Y lo que es más, puedo darme el lujo de no creer en nada, aunque a cambio de eso nada crea en mí.
No es sin duda el mejor de los mundos posibles, pero habrá que sacarle algún provecho.

sábado, 25 de octubre de 2008

Al amanecer de mi tercera década de vida

Al amanecer de mi tercera década de vida, me he impuesto a mi mismo la ardua tarea de sumergirme en el tacho de los desperdicios, buscando rescatar algunas palabras sueltas, algunos instantes sin importancia, algunas ideas abolladas. Desconozco el resultado final de dicha labor y no pretendo ni siquiera convencerme de su dudosa utilidad. Me siento un poco como el náufrago que encomienda al océano su última botella, nada más para preguntar qué horas son en Estambul.
Si lo que buscas son respuestas - oh estimado lector – entonces has llegado al lugar equivocado. Tengo, eso sí, unas cuantas dudas que compartir. Espero sinceramente que nos sean de provecho a ambos.